Detección de incendios

Detectores

¿Qué son los detectores de incendios?

Los detectores son sensores identificados individualmente por la central de detección que miden distintos fenómenos que permiten identificar el inicio de un incendio. Pueden clasificarse por su principio de activación o detección, siendo los más comunes los basados en humo iónico u óptico, temperatura y llama.

Como los fenómenos detectados aparecen sucesivamente después de iniciado un incendio, la detección de un detector de gases o humos es más rápida que la de un detector de temperatura (que precisa que el fuego haya tomado un cierto incremento antes de detectarlo.

¿Qué tipos de detectores de incendios existen?

Detectores de humo iónico

Los detectores de humo iónico utilizan como sensor una cámara de ionización del aire, a través de la cual fluye una pequeña corriente iónica sensible a la presencia de humo.

Aunque resultan excelentes en la detección de fuegos antes incluso de que aparezca humo, actualmente se encuentran en desuso debido a los problemas que genera su almacenamiento y reciclaje, ya que incluyen un componente radioactivo (Americio 241 generalmente).

Detectores de humo ópticos

Los detectores de humo ópticos funcionan analizando las variaciones (oscurecimiento o dispersión) que se producen cuando la luz entra en contacto con partículas suspendidas en el aire. Resultan excelentes para la detección de un incendio en sus primeras fases, cuando aparece el humo de la combustión. No obstante, aunque disponen de sistemas de corrección y verificación para evitarlo, estos detectores pueden verse afectados por el polvo o la suciedad ambiental, originando falsas alarmas.

Detectores de temperatura

Los detectores de temperatura son detectores sensibles al aumento de temperatura que se produce en el ambiente a consecuencia del calor liberado en la combustión. La medición de la temperatura se puede realizar comprobando si se alcanza un nivel de temperatura predeterminado (detectores termoestáticos), o bien, el aumento de temperatura por unidad de tiempo (detectores termovelocimétricos). Por lo general, suelen estar diseñados para activarse al alcanzar unos 60º o bien por una variación de 10º/min.

Estos detectores resultan muy fiables, pero tienen el inconveniente de que, dadas las temperaturas a las que funcionan, se activan en presencia de fuegos de cierta envergadura, lo que retrasa mucho la alarma de incendio en comparación con los detectores de humo.

Detectores de llama

Los Detectores de llama detectan las radiaciones infrarrojas o ultravioletas (según tipos) que acompañan a las llamas. Son de construcción muy complicada, muy caros en relación a los demás tipos de detector y requieren mantenimiento similar a los ópticos de humos.

Los detectores de llama permiten una rápida y segura captación del fuego por medio de la sensibilidad a la radiación emitida por la llama. Estos detectores pretenden proteger zonas donde se anticipa que un incendio se desarrolla rápidamente sin muy pocas o ninguna etapas incipientes o latentes. Pueden verse afectados por radiaciones de cualquier tipo: Sol, cuerpos incandescentes, soldadura, etc., así como cualquier obstáculo en la línea de visión entre el detector y el posible origen de la llama.

¿Qué mantenimiento requieren los detectores de incendios?

El mantenimiento preventivo de los detectores está orientado a garantizar el correcto funcionamiento de todos sus componentes en caso de incendio, realizando un seguimiento del estado de los mismos para encontrar y sustituir los que no se encuentren en condiciones de uso. Para ello se realiza una verificación integral según normativas vigentes, comprobando el funcionamiento de los detectores y su comunicación con la central.

Por la naturaleza de estos sistemas, incluso en una instalación completamente nueva existen múltiples causas que pueden interferir en su funcionamiento: el humo de un cigarrillo, el polvo o los gases de escape de los vehículos son las más comunes. Con el tiempo, esta contaminación se acumula en los detectores, alterando las lecturas que realizan y disminuyendo su fiabilidad.

Además, dependiendo del tipo de detectores instalados, será necesario también verificar el correcto estado de la batería de los dispositivos.